Estudiantes universitario de la ICESI
Cuarto Semestre
Aunque el cigarrillo me hace daño, no lo he podido dejar...
Estoy fumando un cigarro en bienestar universitario. Tengo 20 años y nadie sabe la cantidad de cigarrillos que habré fumado en mi corta vida. Empecé a los 13 años, como se suele hacer, en la clandestinidad y con deseo de poder hacerlo en público. Con el tiempo esta práctica de tragar humo se convirtió en un entretenimiento y después en un vicio, en cuanto que creó en mí una dependencia.
Pero casi también desde el principio, fui consciente de que el fumar no era nada bueno para mí, o por lo menos que era un impedimento para mi evolución como persona.
Hasta que entre a la Universidad, en los dos primeros semestres, no hice mis primeros intentos serios de dejarlo, debido a que antes no fumaba demasiado, pero por esas fechas ya fumaba un paquete diario y lo peor era que de una forma descompensada.
Empecé a dejar de fumar por las mañanas y por la noche bajaba al gimnasio de mi residencia para desintoxicarme. Así fue como en una ocasión hice un intento serio y dejé de fumar durante 6 meses. Antes no lo había intentado demasiado y sólo lo había conseguido dejar durante 3 ó 4 días seguidos. Pero el tabaco no estaba dispuesto a quedarse sin mi compañía.
Desde entonces son cientos las veces que he intentado dejar de fumar y el tema me ha llevado casi a la obsesión, dado que el tabaco, al contrario de lo que para ciertas personas supone, me resulta molesto y perjudicial.
Pienso que después de tantos intentos, éste puede ser diferente si además de ayudarme con el ejercicio físico y con algún cambio de actividad, escribo un diario donde pueda reflejarse mi estado de ánimo y la posible lucha diaria por conseguir lo que quiero.
Empecé a dejar de fumar por las mañanas y por la noche bajaba al gimnasio de mi residencia para desintoxicarme. Así fue como en una ocasión hice un intento serio y dejé de fumar durante 6 meses. Antes no lo había intentado demasiado y sólo lo había conseguido dejar durante 3 ó 4 días seguidos. Pero el tabaco no estaba dispuesto a quedarse sin mi compañía.
Desde entonces son cientos las veces que he intentado dejar de fumar y el tema me ha llevado casi a la obsesión, dado que el tabaco, al contrario de lo que para ciertas personas supone, me resulta molesto y perjudicial.
Pienso que después de tantos intentos, éste puede ser diferente si además de ayudarme con el ejercicio físico y con algún cambio de actividad, escribo un diario donde pueda reflejarse mi estado de ánimo y la posible lucha diaria por conseguir lo que quiero.
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